El libro “El
valor de educar”, de Fernando
Savater, filósofo y escritor nacido en San Sebastian, pretende acercarse a
cuestiones como la tensión educativa entre disciplina y libertad, el papel de
la familia o los límites de la neutralidad escolar, entre otros. Para él,
educar es creer en la perfectibilidad humana de las personas. Para mí, la
educación es un proceso permanente vinculado a las mejoras de las condiciones
de vida de los individuos y de las comunidades.
En este ensayo,
basándome en el libro de Savater, se van a explicar los problemas que hay en
España con respecto a la educación escolar y que solución se puede dar para
mejorar esta situación.
Por una parte,
hay que diferenciar entre educación formal e informal. La educación formal hace referencia a
los ámbitos de las escuelas, institutos, universidades, módulos, etc. y la educación informal es aquella que fundamentalmente se recibe en los ámbitos
sociales, pues es la educación que se adquiere progresivamente a lo largo de
toda la vida. Para mí los dos conceptos son válidos para disfrutar una buena
educación en España porque la educación formal, aunque está limitada dentro del
sistema educativo, asegura la autoformación y educación permanente de las
personas hasta los 16 años y la educación informal, al contrario que la formal,
es ilimitada y dura toda la vida. Afecta a todas las personas en su capacidad
de aprender aunque no es institucional ni está controlada. En la educación
informal se tiene que conseguir una educación permanente para mejorar las
condiciones de vida del sujeto y no caer en el analfabetismo.
Por otra parte, con respecto a la
situación escolar en España, hay un cierto fatalismo puesto en la docencia de
los maestros porque muchas veces no se sabe que finalidad debe cumplir la
educación ni hacia donde se deben orientar sus acciones. Muchas son las
personas que dicen que “la enseñanza escolar fracasa siempre” o que las malas
conductas o hábitos son culpa de la escuela ya que los maestros no se han encargado
de enseñarlo en su debido tiempo. Con este pensamiento no estoy de acuerdo ni
me siento identificado. Pienso que los maestros tienen la obligación de dar una
buena educación a los niños dentro de su trabajo y de su horario laboral. Pero
la educación de un niño es mucho más que eso, mucho más que las horas que pasan
en clase o en la escuela. Por eso, se tienen que coordinar todas las personas
que tratan al niño (educadores, padres, profesores, psicólogos,…) para que este
no llegue al fracaso.
En conclusión,
confío en la labor que realizan los educadores y los maestros. Me parece un buen trabajo el de ayudar en el proceso
madurativo sensorio-motor de los niños y el de estimular la integración y la convivencia
grupal. Pienso que son necesarios para que España disfrute de un buen sistema
docente y, en el caso de los niños, la educación es una buena manera de
fomentar el proceso de estructuración de sus pensamientos y de las formas de
expresarse.
Como se ha
dicho anteriormente, la educación de un niño no es solo cosa de los maestros, es
un proceso muy complejo en el que deben participar todas las personas que se
encuentran a su alrededor.